Carmela, Melita, hay tanto que decir, y tan pocas palabras para explicar lo que significaste en nuestras vidas. Junto a Pancracio, lograron crear una tremenda familia: la Lorenita, el Lulito, el Gonzalito y la Bela, cuatro hijos espectaculares que hoy lloran tu partida. Tus nietos: la Jaci, el Santino, Pierito, Lu y la Anto, son fruto de ese amor eterno que cultivaron con el Hermes, como tan cariñosamente le decías a Pancra. Todos sentimos tu partida, tan inesperada, pero como siempre quisiste que fuera. Tus hermanos, tus cuñadas, tus sobrinos, no podemos dejar de extrañarte. Tu simple presencia nos hacía sentir seguros y amados. Y hoy, aunque sabemos que nos cuidas desde el cielo, nos duele no poder abrazarte. Sin embargo, creo que supimos aprovechar al máximo el tiempo que tuvimos, años nuevos, cumpleaños, matrimonios, fiestas patrias, tantos momentos, felices y tristes, pero siempre en familia con el corazón llenito. Estamos seguros que ahora que estás junto al Tata Domingo, la Alvarita y la Purísima, estarás feliz, quizás tratando de convencerlos de ir al casino en el cielo…quién sabe. Te amamos ayer, hoy y mañana, Tu Familia.