Emergencias Funerarias

Funerales y duelos en tiempos de Covid-19

La muerte en medio de la pandemia es complicada. Cruel, incluso. Por normas sanitarias para evitar contagios, muchas veces los familiares y amigos no pueden ver ni despedir a quien fallece. Los expertos en salud mental hablan de un duelo interrumpido. Las funerarias y cementerios en Chile, como forma de solución, están empezando a transmitir on line los servicios fúnebres.

‘Con el coronavirus, el duelo está también en cuarentena’. La frase da vueltas en la cabeza a Juan Andrés Fuentealba, gerente de la Funeraria Hogar de Cristo (FHC). Y claro: en tiempos de Covid-19, la gente no se puede reunir a enterrar con normalidad a sus muertos.

En las últimas semanas, cientos de familias chilenas han sufrido la pérdida de un familiar o amigo por el coronavirus. En algunos de esos casos, los círculos más íntimos han podido despedirlos bajo estrictas medidas de seguridad dictadas por los protocolos de sanidad. Pero otros no. Eso preocupa a los expertos en salud mental y duelo.

En la pandemia no sólo se han modificado nuestras actividades diarias, sino que también la forma en que estamos realizando los ritos de la muerte. Ya sea por restricciones sanitarias, por el escaso tiempo para reaccionar, por el temor al contagio. La sicóloga Ana María Arón, especialista en el tema, habla de duelos interrumpidos. ‘Frente a la muerte, las personas van pasando por distintas etapas, pero cuando por alguna razón esto se interrumpe -ya sea, por ejemplo, porque no pudiste estar presente o porque estabas viajando cuando enterraron a la persona- es como que el duelo quedara congelado, suspendido’.

LA MUERTE DE ROBERTO

Ocurrió hace un par de semanas. Tras el levantamiento de la cuarentena parcial decretada para la zona sur de la comuna de Santiago, Daniel Gómez se vio obligado de ir a trabajar al Persa Biobío, donde se encarga de los servicios de higiene. Días después comenzó a presentar síntomas del coronavirus. Luego vinieron los síntomas de su esposa e hijas.

En esos días, Daniel había tenido contacto con sus padres, pues los visitaba regularmente para entregarles alimentos y cualquier cosa que necesitaran. Siempre, en esas visitas, cumplió con todas las medidas de prevención recomendadas por las autoridades: mascarilla, lavado de manos constante y distanciamiento físico. Como muchos, quería evitar que sus padres se expusieran al virus. Daniel finalmente dio positivo al examen PCR. Cuatro días después, Roberto, su padre de 82 años, también presentaba síntomas de Covid-19. Roberto, con enfermedades asociadas como diabetes, quedó hospitalizado en la Posta Central. Su situación empeoró rápido y en dos días fue necesario el apoyo crítico de oxígeno. Falleció el sábado 16 de mayo a las 21:23 horas debido a una insuficiencia respiratoria provocada por coronavirus.

‘Cuando Roberto estaba en el hospital, Daniel tuvo que estar encerrado en casa porque estaba con cuarentena. No pudo verlo, no pudo ver a su mamá. Incluso si hubiera podido salir, tampoco lo habría visto porque las salas donde están tratando a las personas con Covid-19 están aisladas, nadie puede entrar’, cuenta Manuel Belemmi, hijo de la esposa de Daniel.

Roberto era artesano muy querido por la comunidad del Persa Víctor Manuel, donde trabajó buena parte de su vida. La familia critica algunas de las medidas tomadas por la autoridad política y apuntan a que el contagio pudo ocurrir al suspenderse el confinamiento obligatorio. Dice Manuel Belemmi: ‘Si bien no es posible saber con certeza el momento del contagio de Roberto, existe una alta probabilidad de que haya ocurrido durante las semanas en que se levantó la cuarentena en la parte sur de Santiago. Esto aumentó significativamente el flujo de personas en el barrio Matadero Franklin, donde él vivía. También aumentó la posibilidad de contagio de uno de sus hijos, Daniel, quien trabaja en ese persa y proveía regularmente de alimentos e insumos básicos a sus padres para evitar que salieran. Las decisiones de las autoridades están teniendo consecuencias inmediatas y en ocasiones letales para las personas’.

El funeral de Roberto fue el lunes de la semana pasada. Participaron su esposa, uno de sus hijos con su esposa, y dos sobrinos. No hubo ceremonia. Del hospital a la funeraria, de la funeraria al cementerio. ‘No sé hasta qué punto pudieron verlo. Las únicas personas que tienen permitido manejar los cuerpos son los trabajadores de la funeraria. Se están saltando el paso crucial que es velar y estar físicamente con tus seres queridos’, cuenta Manuel. ‘A Daniel no le ha parado de sonar el teléfono, pero estar encerrado en la casa y no poder ver a la gente que te da apoyo cuando pierdes a alguien, es terrible’.

Manuel reflexiona sobre lo rápido que pasó todo y cree que muchas personas van a sufrir al no poder despedir a sus familiares. ‘Va haber un problema grande, porque la gente está muriendo sola y porque además para los que quedan vivos no tienen un momento de duelo. Si uno nunca ve el cuerpo o el ataúd o nunca va al funeral, es difícil interiorizar la muerte’.

LOS QUE QUEDAN

Para la sicóloga Arón si bien es importante estar presente en el rito, lo más significativo para que el duelo no quede interrumpido es lo que viene después: la reunión íntima de la familia. Y eso, dice, sí se puede hacer en estos momentos: ‘La familia y las personas más cercanas deben reunirse; por ejemplo, comer juntos como símbolo de conmemoración. Como hoy no nos podemos juntar, lo podemos hacer por Zoom o por teléfono. Es muy importante hacerlo’.

La familia de Roberto Gómez lo hará. Antes de que su nuera y sus nietas fueran notificadas de que también resultaron positivas en los últimos días, ya habían tomado algunas decisiones. Cuando todo pase, se le hará una ceremonia a Roberto. ‘Le haremos una despedida. No solo por él, sino por las personas que quedan vivas. Nosotros somos los que vamos a tener que lidiar con esa muerte. Vamos a hacer algo para recordarlo y para buscar algo de consuelo entre nosotros, porque no pudimos tener ese momento’, dice Manuel.

La sicóloga coincide: ‘Una vez que se levanten las cuarentenas es importante hacer una ceremonia en vivo y en directo, porque parte de lo que uno hace en esa ceremonia es recordar a la persona que se fue, llorar y abrazarse con quienes están al lado, y eso no lo podemos hacer a través de Zoom’. Igual, mientras tanto, Arón cree que las alternativas en línea pueden permitir que el proceso de afrontar la muerte sea más llevadero.

‘Si hacemos los rituales, si nos acompañamos, si hacemos una ceremonia, si nos juntamos vía Zoom, no estamos suspendiendo el duelo, estamos viviendo el duelo. De una manera distinta, que estamos aprendiendo. Y lo que prevalece es esta intimidad emocional, que no necesariamente significa tocarse y estar juntos -es fantástico cuando podemos hacerlo- pero igual tenemos un vínculo emocional que se activa’, explica.

CRITICADA VIDEOLLAMADA

El coronavirus es cruel. En los casos de muerte por Covid-19, los familiares jamás tendrán contacto con la persona que despiden, podrán mirarlo de lejos unos momentos y bajo estrictas medidas de seguridad. ‘Es una muerte más trágica, porque de partida el cuerpo es recogido en una bolsa por personas vestidas de blanco. La gente ni siquiera puede ver al fallecido y ahí empiezan las dudas de si será su familiar o no. El duelo se hace terrible’, cuenta Juan Andrés Fuentealba, de la Funeraria Hogar de Cristo.

El protocolo de funerales en contexto de pandemia por Covid-19 -emitido por el Ministerio de Salud- señala que los velorios, ceremonias o entierro deberán realizarse en un máximo de 90 minutos. La participación en cualquiera de estos se restringe para el núcleo directo del fallecido con un límite de 20 personas -que deberán mantener un metro de distancia entre ellas-, y está totalmente prohibida para quienes la Seremi de Salud respectiva determinó como contactos estrechos, pues éstos deberán estar cuarentena.

El velorio o ceremonias se realizarán en lugares destinados para ello y no en los domicilios. El entierro deberá ocurrir en recintos definidos como cementerios, según el Reglamento General de Cementerios, y se sugiere desestimar el uso de elementos decorativos como velas, flores y fotos para evitar la cadena de contagio. La forma de sepultura dependerá de la voluntad de la familia: inhumación o cremación.

‘La gente no tiene idea lo que ha significado para nosotros la muerte de un familiar y no poder velarlo ni asistir al entierro’, contaba hace dos meses a The Clinic el nieto de Eliana Reyes Nanjari, la segunda fallecida en Chile por coronavirus. Felipe Rivera, el nieto, decía que para evitar contagiarse la familia vio su funeral gracias a una videollamada que realizó la alcaldesa de Maipú, Cathy Barriga, la única asistente presencial al entierro. Ella subió una foto de esa situación a sus redes sociales y la opinión pública fustigó duramente a la edil por ‘indolente’, ‘falta de respeto’, por hacer un show con el dolor. Pero la familia de Eliana sólo tenía agradecimientos: fue la única manera de ver el funeral de la mujer de 78 años. ‘Para nosotros fue una buena solución (…).Tuvo la deferencia de hacer una videollamada, gracias a ella los familiares pudieron verla desde la casa’, explicó Felipe.

Lo que ocurrió esa tarde del fines de marzo, y más allá de las críticas, se convirtió en el primer precedente de los funerales on line en medio de la pandemia en Chile.

LA ALTERNATIVA ON LINE

Si bien los servicios velatorios y de funerales en línea existen en otros países hace más de cinco años y surgieron con el propósito de acercar a los familiares que están a distancia o físicamente imposibilitados de asistir al entierro de sus seres queridos, han tenido mayor notoriedad durante en los últimos meses a raíz del coronavirus. En España, por ejemplo, las funerarias se vieron sobrepasadas por la gran cantidad de solicitudes de entierros. Fue tanto, que en algún momento todos los servicios funerarios, entierros y ritos quedaron suspendidos. El duelo entró en cuarentena. La alternativa se implementó a mediados de marzo: velorios y funerales streaming.

Tiempo después, junto al crecimiento de las muertes por Covid-19, en Chile se empezó a transitar una ruta parecida. Hoy las funerarias y cementerios han implementado distintas modalidades con el objetivo de permitirles a las familias despedirse de sus parientes.

Desde hace dos semanas, la Funeraria Hogar de Cristo (FHC) dispuso de misas en línea abiertas a todo el público para homenajear a los difuntos, las que se transmiten por sus redes sociales los viernes a las 19 horas. ‘Se les recuerda a través de una fotografía para que las familias que están sufriendo puedan dar sus condolencias electrónicamente -explica Juan Andrés Fuentealba-, y están muy agradecidos porque los ayuda a cerrar esa ceremonia que no hicieron’.

Otro formato que tiene FHC es la entrega de un registro fotográfico y videos conmemorativos de las ceremonias privadas que hacen algunas familias, para que los hagan circular entre sus más cercanos. Se creó también un obituario en el sitio web donde los familiares escriben mensajes y condolencias, e incluso pueden prender velas y enviar abrazos virtuales.

El cementerio Parque del Recuerdo, por su parte, creó un formato privado de streaming ‘entendiendo que, debido a las circunstancias actuales, no siempre las personas podrán asistir a las ceremonias fúnebres’, cuenta Paulina Jaramillo, gerente de Asuntos Corporativos de Parque del Recuerdo. La familia recibe un link privado que se puede compartir con amigos y cercanos. ‘Esto nace a partir de la necesidad de acompañar a quienes están enfrentando una pérdida, ya que los seres humanos requieren una instancia de despedida para poder elaborar su duelo’, agrega Jaramillo sobre la plataforma ‘Contigo a la Distancia’, que por el momento está disponible para ceremonias de sepultación al aire libre en el Parque Américo Vespucio. El cementerio también implementó un libro de condolencias virtual que se entrega a las familias para ser compartido de forma privada.

El siquiatra especialista en trauma y duelo, Pedro Torres, explica que ‘independiente de que sea un servicio pagado o espontáneo, todo lo que se haga de forma benevolente es valorable, porque la alternativa es no hacer nada y que las personas fallezcan y no haya nada; eso sería terriblemente deshumanizado’. Y agrega: ‘Estos servicios lo que hacen es transportar la imagen y los seres humanos somos tremendamente visuales, por lo tanto si vemos algo a través de la pantalla, sea streaming o Zoom, ya es bastante más que algo’.

El Parque del Recuerdo, cuando se trata de un fallecimiento por Covid-19, sólo permite 10 personal de manera presencial en los servicios fúnebres. Los velatorios siguen funcionando, pero con un máximo de 5 asistentes de manera simultánea. Para las familias, tiene también el programa ‘Contigo en el Recuerdo’, liderado por la sicóloga Magdalena López, que entrega soporte y orientación vía telefónica. ‘Se entregan herramientas para que las familias puedan desarrollar ritos -religiosos o agnósticos-, para que puedan realizarlos ellos mismos como una manera de despedir a sus seres queridos. Eso favorece la despedida y permite la elaboración del duelo’, explica la profesional.

TROPIEZOS EN LA TAREA

Fue ampliamente difundida la carta enviada al diario Las Últimas Noticias por Francisco Castillo Correa, dueño de la Funeraria Castillo y vocero de la Gremial Nacional de Funerarias. Allí denuncia que algunos servicios de salud están entregando los cuerpos de personas fallecidas con una causa no relacionada al coronavirus, pero que cuando se actualizan los resultados del test PCR aparece Covid-19 como razón del deceso. ‘Se han estado entregando personas fallecidas en los hospitales que no están con el diagnóstico de Covid-19 positivo en los certificados, entonces uno va confiado a retirar a la persona sin los protocolos que se indican, pero resulta que en la actualización del PCR, en el libro de novedades de la morgue, aparecen como positivos’. Más aún: Castillo reconoce que ‘incluso después de los servicios funerarios que prestamos se confirma el Covid-19 positivo’.

La Funeraria Castillo contabiliza al menos cinco casos en los que la causa de muerte se actualizó días después; aunque aclara que de todas formas sus trabajadores siempre siguen el protocolo de manejo de cadáveres ante todo evento. Debido a la pandemia, la funeraria ha suspendido los servicios de vehículos de acompañamiento porque ‘no podemos mandar una van de 10 ó 12 pasajeros para las familias ante la posibilidad de que ocurran contagios. Mi gente está con temor y no quiere trabajar en los autos de acompañamiento’, asegura Castillo. Por el momento no han implementado servicios por streaming, pero no lo descartan.

Castillo también dispara en contra del Registro Civil. Según él, hay lentitud en la entrega del pase de sepultación, documento exigido por los cementerios para poder sepultar un cadáver: ‘Un colega estuvo tres horas afuera del Registro Civil de San Miguel con la carroza cargada con un muerto con Covid-19 en la vía pública. Tuvo que hacer la cola completa para que inscribieran la defunción, porque no tenemos prioridad de atención’.

Desde el Servicio de Registro Civil respondieron que, tras una reunión con representantes de la Asociación Gremial Nacional de Dueños de Funerarias de Chile (Agrenaf) hace una semana, se tomó la determinación de que todas las oficinas a nivel nacional deberán darle prioridad a las inscripciones de estas defunciones de forma inmediata. Además, durante esta semana se trabajará para que las inscripciones de defunción se puedan realizar en cualquier oficinas del Registro Civil, independiente de la comuna donde haya ocurrido el fallecimiento, para facilitar la entrega del permiso de sepultación provisorio. En el corto plazo, prometen, se implementará un sistema de atención especial para fines de semana y días festivos en más oficinas.

Fecha: 25 de mayo de 2020

Medio: TheClinic.cl

Link: https://portal.nexnews.cl/showN?valor=e2g4p